El escurridor de platos
Siempre que veo mi cocina, me pregunto qué debería hacer con el escurridor de platos. Tengo días en los que preferiría que no esté a la vista; y otros, en el que me gusta verlo. Pero no termino de decidirme. ¿Debería integrarlo a mi mueble? Conversé con una amiga experta en accesorios y me dio recomendaciones para ambos casos. En este post, compartiré contigo todos sus consejos.
- Si está empotrado:
Si está dentro de tu repostero, no lo uses como un espacio de almacenaje. Sigue siendo un escurridor de platos. Una vez secos, los debes guardar en su lugar.
- Si está empotrado:
No lo sobrecargues. Si pones a secar los servicios de la noche con los de la mañana, corres el riesgo de acumular mucha agua y tener problemas al retirar la bandeja.
- Si está a la vista:
Escoge el más funcional. Hazte la pregunta: ¿cuántos comen en casa? ¿Cuántos platos uso en promedio al día? Si escoges uno pequeño y en casa son 4, puede que no tenga la capacidad suficiente para escurrir todo tu menaje.
- Si está a la vista:
Buen diseño. Lo ideal en un escurridor de platos es que tenga un sistema simple de drenaje. De no ser así, el agua se acumulará y puede derivar en malos olores.
- En ambos casos: darle mantenimiento. Al igual que con el resto de muebles y accesorios, hay que mantenerlo limpio. De esta forma evitaremos los hongos.
¿Y a ti cuál te gusta más? Yo aún no me decido.